viernes, 25 de abril de 2014

Muy bien. Manten la calma y sonríe. Ante todo, sonríe. Recuerda que , a fin de cuentas, se cosecha lo que se siembra. Y yo he sembrado  esta estúpida mentira. No pasa nada! Sigue respirando por la boca, no tiene porqué darse cuenta. Oh, mierda, parece que me va a hablar…
-todo bien, cariño?
Pero como va a ir todo bien si estoy a punto de asfixiarme, idiota.
-claro que si, amor mio!- respondo con una voz dulce y melódica. Que bien se me da hacerme la cursi cuando toca.
-me alegro, tesoro. No sabes lo feliz que me hace que cenemos juntos esta noche.
Es la decimocuarta vez que repites esa fracesita. Por favor, que parece que no nos veamos nunca. Si es que pasamos más tiempo en la cama que en la calle. como se nota el poco tema de conversación que hay.
-a mi también me hace super feliz! – no puedo decir más. Literalmente, no puedo decir más. Me estoy empezando a poner completamente roja. Por mucho que respire por la boca el olor se cuela, dios. Se me van a saltar las lágrimas del asco.
-sabes? Siempre me ha hecho ilusión poder cocinar para la chica a la que quiero.
Ohh, que, mono. Si vieras lo mono que eres. Seguro que tu abuela te adora. Seguro que es la envidia de entre todas sus amiguitas del asilo por el pedazo de nieto que tiene. Porqué no cocinas esta mierda para ella?
-oh, cosita mía, pero que cosas dices! Seguro que está requeterico!
Llegados a este punto está claro que esto se me ha ido completamente de las manos. Quiero salir de aquí. necesito respirar aire fresco.  Si es que en el fondo me merezco esta tortura. Quien me mandaba a mi a decirle a este tío que me encantaban las lentejas?? Aunque también tiene tela, eh? a quien se le ocurre preguntarle eso a alguien en pleno coito?? Pues claro que dije que si, como para gritar no en un momento así!!pensaba que había merecido la pena engañarme en aquel momento. Y una mierda. Este sufrimiento no lo cambio ni por el mejor polvo del mundo. Bueno, por el mejor si. Pero no por el que me espera. Que no es por nada, hijo, pero los he tenido mejores.
-cariño, te ocurre algo? Estás muy callada…
Ay dios. que carita me pones. He dicho ya lo mono que eres? Si, seguro que sí. Tienes que llamarme siempre cariño? En serio? No están ya bastante asquerosas las lentejas como para que encima les tengas que añadir tres toneladas de empalagosismo barato? Joder, si no estuvieras tan bueno ya te habría dejado por otro.
-si, bueno… no se… la verdad es que no tengo mucha hambre… y si pasaramos directamente… al postre?
divina. Coqueta. Monísima. Premio. Que escapada más buena se me ha ocurrido. Si es que por algo soy mía. Ahora solo me queda esperar a que acepte mi propuesta con su estúpido tonito de niño bueno y empezar la diversión de una vez. Que no tengo hambre? Y una mierda. Ya verás el hambre que tengo cuando te lo coma todo.
-Pero tu que coño te has creido, pedazo de puta???
Del salto que pega se le cae el vaso de la mesa. Perdón? He oído bien?
-encima que me molesto en prepararle a una pijolis como tú una cena de mierda como esta para que esté contentita, encima que llevo toda la tarde con el pestazo a lentejas atufándome toda la casa, encima! que me molesto en hacerme el ñoño para que la señorita se sienta como una princesita, no, no no no, tu de esta casa no te vas sin haberte comido las putas lentejas, me oyes?
Wau. Que sexy se ha puesto de repente. Me dan ganas de hacérselo sobre las lentejas. Si es que si lo piensas, eso si que tendría morbo. Aunque pensándolo mejor, debería gritarle. Que el niñato me ha llamado puta, quien se ha creido. Pero nah, que sentido tendría. Yo no soy así. Mejor me siento y me trago las malditas hortalizas sin respirar. Mientras vuelve a sentarse, ya otra vez con su habitual sonrisita de príncipe de ñoñilandia, exclamo; “ummm, están deliciosas, cariñito mio!” y, tras una leve pausa, me responde sonriente:

“me alegra que te gusten, las he preparado con todo mi amor!”